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Hablan en el colegio, lo ven en la televisión, nos escuchan a los adultos, es normal que pregunten.

La guerra de Ucrania está despertando en muchas personas malestar emocional y preguntas asociadas.

Los más pequeños escuchan murmullos y fragmentos de lo que sucede, y los mayores en ocasiones no sabemos qué hacer. Es importante que en este sentido entendamos que, aunque sean pequeños, al igual que nosotros, necesitan poner palabras a lo que sucede.

Una realidad, cuando se oculta, puede generar una angustia difícil de sostener, lo que implica un aumento de temores y fantasías asociadas. No evitemos el tema, es mucho mejor que ellos puedan vernos preocupados, pero con la capacidad de mostrarnos accesibles para sentarnos a hablar.

En primer lugar, antes de explicarles nada, lo más aconsejable es preguntar qué conocen y qué quieren saber. A partir de ahí podemos escuchar qué explicaciones son capaces de dar y a qué debemos apuntar para ayudarles a que sigan entendiendo la realidad. Es decir, no se trata de dar toda la información, si no de responder a lo que demandan y mostrarnos disponibles para futuras dudas o preocupaciones.

En segundo lugar, resulta fundamental adaptar el mensaje en función de la edad. A los más pequeños se les debe proporcionar información clara y concisa. Según van creciendo se muestran deseosos de entender con más profundidad lo que sucede. Os animamos a entablar conversaciones más amplias y a valorar sus esfuerzos por intentar explicar lo qué ocurre. En muchas ocasiones sus contribuciones pueden iluminarnos a nosotros, pues todos llevamos un filósofo dentro.

En tercer lugar, y pese a que la realidad del mundo en ocasiones sea devastadora, podemos terminar la conversación con un mensaje esperanzador. Siempre podemos hacer algo con lo que tenemos y desde luego construir un mundo mejor, podemos contarle las iniciativas que se están llevando a cabo e incluso hacerles partícipes en alguna de ellas. Comprar comida para donar, buscar la ropa de cuando eran bebes, mirad ONG para realizar una contribución económica…

No podemos obviar que hay conflictos en la vida, pero podemos enseñarles la mejor reacción del ser humano ante ellos.