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 ¿Cómo entendemos las tecnologías en la primera infancia?

Hoy día, podríamos decir que como madres y padres el hecho de escuchar hablar de las tecnologías implica más una alerta que algo de lo que sacar beneficio. Si bien es cierto que implican ciertos riesgos, también hay que entender que vivimos en tiempos cada vez más tecnológicos y que es una realidad con la que tendremos que convivir.

ALGUNOS DE LOS PENSAMIENTOS QUE SE NOS VIENEN A LA CABEZA CUANDO HABLAMOS DE TECNOLOGÍA Y CRIANZA:

  • Soy un mal padre o una mala madre si dejo a mi hijo o hija viendo una pantalla (TV-móvil-tablet) para poder hacer mis cosas.
  • Si soy flexible con el tiempo que mi hijo o hija está delante de la TV-móvil, luego no podré decirle que no.
  • La TV-móvil afecta a su desarrollo.
  • Si le pongo la TV-móvil luego no se va a distraer con nada más.
  • Sólo se calma si le pongo la TV-móvil.

Aunque resulte difícil pensar que se puede sacar cierto beneficio, sobre todo en esta etapa inicial de 0-3 años, hay maneras de combinar lo que actualmente parece algo complicado de disuadir y el respeto por las etapas evolutivas de los más peques.

Y esto ¿cómo puede hacerse? Con un buen uso adaptado y consciente de las tecnologías.

¿Qué cosas puedo considerar?

▪ Las tecnologías usadas de forma excesiva suponen un riesgo:

  • Generan hiperatención. Esto supone que muchas veces no puedan atender a otra cosa que no sea el estímulo de la pantalla y que una vez se concluya el tiempo con el dispositivo, los peques están más desubicados o incluso sobre estimulados. Complicado para ellos/as atender a normas o cualquier otra cosa en este momento.
  • Limitan su movilidad y su imaginación. Al dárselo todo hecho y de una forma tan rápida y fácil, impide que puedan desarrollar su creatividad.

▪ Tanto en el cerebro del niño/a como en el adulto, se dispara la dopamina que es la que:

  • Nos hace sentir placer: provoca una sensación de estar contentos y satisfechos. Estas sensaciones al ser tan placenteras las queremos sentir continuamente y de ahí la necesidad de querer cada vez más.
  • Activa la curiosidad, que en los más peques es uno de los mecanismos que más se despierta y a través del que más aprendizaje y preguntas se hacen. El punto en este sentido, es que la búsqueda de respuestas es inmediata y muy accesible, no permite que pongan a funcionar sus capacidades del todo.

▪ Es fundamental y necesario elegir y supervisar la programación:

  • Dibujos lentos.
  • Que no tengan colores llamativos.
  • Distinguir entre el uso pedagógico de las pantallas y el ocio con las mismas.

▪ En niños/as menores de 2-3 años, el uso de dispositivos no es recomendable.

  • Si se hace, no más de 30 minutos al día en niños/as menores de 2 años.
  • ¿Por qué 30 minutos? Porque es el tiempo a esa edad que suelen sostener la atención mientras juegan con otros juguetes.
  • Si son más mayores de 3-5 años, es recomendable 1 hora al día.
  • En cuanto a la distribución de los tiempos, no es lo mismo que estén los 30 m. de golpe que repartidos durante todo el día.

Las rutinas, nuestras fieles aliadas.

De nuevo hablamos de las rutinas como la mejor alternativa para estructurar y limitar de una forma sana el uso de los dispositivos. Establecer rutinas y horarios trasmite a los más peques seguridad y confianza, no sólo respecto al entorno sino también hacia los referentes.

Para establecer rutinas hay algunos aspectos a tener en cuenta:

  • Deben ser consensuadas por los referentes al cargo del niño/a. Si todos los adultos a cargo de la crianza participáis, más fácil se podrán llevar a cabo.
  • Establecer límites que se puedan sostener.
  • Dentro de estas, considerar las necesidades reales de los más peques, no sólo desde lo que deben cumplir, también desde lo que pueden y quieren hacer. Ser flexibles dentro de los estipulado.
  • En edades tan tempranas, el juego es un gran aliado para introducir rutinas (hora del baño, la comida, irse a la cama). Sin confundir el juego dentro de cada acción, es decir, que la hora de la comida sea un juego o la hora de irse a dormir. Se puede acompañar jugando con estímulos tranquilos a “vamos a comer”, “vamos a dormir”, “vamos a vestirnos”.
  • Es importante elegir los momentos y tiempos del uso de los dispositivos, en estas edades estar juntos a ellos/as es fundamental. Se puede incluir como una actividad compartida.
  • No hay que olvidarse de fomentar el juego, esto permite el desarrollo de la creatividad del peque, es la mejor forma para que puedan desarrollar sus capacidades y la posibilidad de aburrirse y hacer algo con eso por si mismos.

RECOMENDACIONES DE JUEGOS PARA ESTAS EDADES:

  • Fomentar juegos de movimiento corporal: montar circuitos, saltar, hacer volteretas, bailar…
  • Juego Heurístico: materiales como cajas con aperturas, lazos, pinzas, rulos o cualquier objeto no estructurado de casa con el que puedan meter y sacar, tirar y recoger, pegar y quitar de forma libre y sin instrucciones de uso.
  • Juego simbólico.
  • Juego con las sombras.

RECOMENDACIONES DE PELIS Y SERIES:

  • Educlan, Detective en el País de los Juguetes Simón, Bing, Noddy
  • Peg + Gato, Pat el cartero, Dougie se disfraza, Blippi.

Los cuentos siempre son una buena alternativa a las pantallas, tanto los que podáis compartir con ellos/as, como los más adaptados para que puedan manipularlos solos.

Los principales modelos sois los referentes, por lo que vuestro uso de las tecnologías también interferirá en la manera que vuestros hijos/as entiendan el uso de los dispositivos. Los actos enseñan más que lo que se sabe o lo que se dice.

 


María Fernández Pérez

Psicóloga Proyecto Ombú