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Cada mes, los chicos y chicas de Proyecto Puentes visitan la residencia de personas con enfermedad mental gestionada por Grupo 5 en Cobeña.

El objetivo es erradicar el estigma hacia quienes padecen enfermedades mentales y promover espacios de encuentro a través del juego y la distensión.

Cuando comenzamos con esta iniciativa, los chicos llegaban algo “inseguros” entraban en un lugar desconocido donde viven personas adultas, algo que en su lógica no cuadraba mucho. Sólo hizo falta una tarde para que esas inseguridades pasasen a un segundo plano, desde la naturalidad de la infancia lanzaban sus preguntas: ¿dónde dormís? ¿vuestra familia viene a veros? ¿trabajáis?; y desde la naturalidad de quien padece la enfermedad contestaban enseñando sus habitaciones y contando como era su día a día.

Cada visita es una sorpresa, han realizado juegos y deportes, han hecho visita turística por las instalaciones, han escuchado una masterclass sobre las curiosidades de los dinosaurios impartida por uno de los residentes, han construido puentes con distintos materiales plásticos para simbolizar su acercamiento… Y siempre, hay risas que, al fin y al cabo, es el mejor vehículo para el hermanamiento.

Con esta iniciativa estamos promoviendo que la infancia integre la diversidad como norma, los residentes son vecinos y vecinas del municipio a quienes ven paseando por la calle y comprando en las tiendas. Son personas que pueden tener rasgos o reacciones singulares, y eso, duramente, les puede llegar a convertir en vecinos de segunda, situándolos en la periferia social, sin poca interacción con la comunidad en la que viven.

Los chicos y chicas del proyecto les saludan ahora allá donde los vean, las familias sonríen y se suman a su saludo. Los residentes sienten que son parte de la comunidad.