Cartas para la crianza
¿A qué nos referimos cuando hablamos del control de esfínteres?
Cuando hablamos del control de esfínteres nos referimos a la capacidad que tiene un niño niña en su etapa de desarrollo, para regular y retener voluntariamente la eliminación de orina y heces. Implica la capacidad de reconocer las señales corporales que indican la necesidad de ir al baño, de usar el inodoro o el orinal de manera adecuada, y de mantenerse seco durante períodos de tiempo más prolongados.
El proceso de adquirir el control de esfínteres es parte del desarrollo normal y generalmente ocurre entre los 2 y los 4 años de edad, aunque puede variar dependiendo del niño. Requiere de la madurez física, cognitiva y emocional, así como de la adquisición de ciertas habilidades motoras y de comunicación.
El control de esfínteres implica una serie de pasos progresivos, que pueden variar en cada niño o niña:
- Reconocimiento de las señales corporales: comienzan a reconocer las sensaciones físicas que indican la necesidad de orinar o defecar, como la sensación de llenado en la vejiga o el recto.
- Uso del inodoro o el orinal: aprenden a utilizar el inodoro o el orinal de manera adecuada, siguiendo instrucciones o demostraciones de los adultos.
- Retención voluntaria: aprenden a contener la orina o las heces cuando siente la necesidad de ir al baño y a liberarlos cuando está en el lugar apropiado.
- Mantenimiento del control durante períodos de tiempo más largos: con el tiempo, son capaces de mantenerse secos durante períodos más prolongados, como durante la siesta o la noche.
Es importante tener en cuenta que el control de esfínteres es un proceso gradual y que cada niño o niña tiene su propio ritmo de desarrollo. Puede haber avances y retrocesos en el camino, y se requiere paciencia, apoyo y motivación por parte de los referentes para ayudar al niño/a en este proceso.
¿Qué pasa cuando se experimenta un retroceso en el control de esfínteres?
Cuando un niño o niña experimenta un retroceso en el control de esfínteres, es decir, vuelve a tener fugas o a necesitar pañales después de haber adquirido previamente el control, se puede deber a la manifestación de conflictos no resueltos o malestares relacionados con la necesidad de ejercer control o poder, la rebeldía, el miedo a la separación o la necesidad de atención.
Siempre que el retroceso en el control de esfínteres no tenga que ver con alguna cuestión orgánica – médica hay que considerar los aspectos psicológicos y emocionales subyacentes. Algunos de estos, como hemos mencionado anteriormente pueden tener que ver con:
- Malestar relacionado con la separación: el control de los esfínteres puede estar asociado con la independencia y la separación de los padres. Los hijos e hijas pueden experimentar ansiedad al enfrentar la necesidad de autonomía y separación, lo que puede manifestarse en problemas con el control de los esfínteres.
- Necesidad de atención: puede ser una forma de llamar la atención de las personas que les cuidan. Los niños y niñas pueden sentir que, al tener fugas, reciben más atención o cuidado por parte de los adultos, lo cual puede satisfacer una necesidad emocional o una demanda inconsciente de atención.
- Resistencia o rebeldía: algunos niños o niñas pueden utilizar el control de los esfínteres como una forma de expresar resistencia o rebeldía hacia las figuras de autoridad o cuidadoras. Pueden experimentar una lucha de poder y utilizar el retroceso como una forma de ejercer control sobre su cuerpo y su entorno.
Alternativas para acompañar a los peques cuando esto sucede.
- Explorar posibles causas emocionales: tratar de identificar si ha ocurrido algún cambio significativo en su vida, – la llegada de un nuevo hermano, un cambio de escuela o situaciones de estrés- que puedan estar generando ansiedades y afectando el proceso de control de esfínteres. Al explorar y comprender estas posibles causas emocionales, los referentes podréis abordarlas de la mejor manera.
- Brindar un entorno seguro y de apoyo: crear un entorno seguro y de apoyo es fundamental. Asegurarse de que sientan comodidad y confianza al utilizar el baño. Evitar la presión excesiva o el castigo también les ayudará a reducir la ansiedad y permitir que se sientan más seguro para avanzar en el proceso.
- Fomentar la expresión de emociones: animarlos a expresar sus emociones relacionadas con el retroceso en el control de esfínteres o con lo que les esté ocasionando malestar. Es importante estar abiertos a escuchar y validar sus sentimientos, lo que ayuda a fortalecer el vínculo emocional y les brinda también la oportunidad de procesar sus experiencias emocionales.
- El juego simbólico: se les puede alentar a representar situaciones relacionadas con el control de esfínteres a través del juego, lo que les puede ayudar a expresar y comprender de manera indirecta sus emociones y conflictos internos.
RECOMENDACIONES LITERARIAS:
Aunque los siguientes cuentos son para acompañar en el control de esfínteres, también pueden servir para reforzar e indagar a través de estos en lo que puede estar provocando el malestar.
- “¿Puedo mirar tu pañal?” de Guido van Genechten
- «El rey del baño» de VVAA.
- » El libro de los culitos” de Guido van Genechten
- “Todo el mundo va” de Émile Jadoul
- “Todo lo que sé de la caca” de Jaume Copons
- “El topo que quería saber quién se había hecho aquello en su cabeza” de Werner Holzwarth
- “Todos hacemos caca” de Taro Gomi
María Fernández Pérez
Psicóloga Proyecto Ombú